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Channel: LA BRÚJULA DEL ARTE
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CRÍTICA ANOMALISA (2015)

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ANOMALISA NO ES UNA PELÍCULA DE ANIMACIÓN NORMAL. ROZA LA REALIDAD Y SE CONFUNDE CON UNA FICCIÓN DE LA QUE DUDAMOS ¿PLATILINA O CARNE Y HUESO? KAUFFMAN LO VUELVE A HACER. CON NOSOTROS Y CON SUS PERSONAJES. 
Por Lucía Pérez García 


¿Plastilina? Deja de existir a los cinco minutos. El resto de la película son actores de verdad. Con alma dentro de un cuerpo de carne y hueso. Olvídate del Stop Motion. Anomalisa es la animación en el límite de la realidad siempre fantástica del guionista de Cómo ser John Malkovich (Spike Jonze, 1999), Adaptation (Spike Jonze, 2002) y ¡Olvídate de mí! (Michael Gondry, 2004). Ahí es nada.  

Curioso plano... ¿deja vu..?
La identidad, el descontento con la vida, la monotonía, realidad o ficción. Conceptos comunes en la obra de Charlie Kauffman que pueden crear, y crean, inquietud y confusión en el espectador más atento. Su encarnación en plastilina no hace más que incrementar su significado. Actores reales no podrían haber representado mejor el dilema de Michael Stone, un hombre que en su vida sin sentido lo ve todo exactamente igual: caras, voces, comportamientos… es el material maleable el que permite esa ilusión de homogeneidad nebulosa, producto de una mente abotargada y cansada del mundo. 
 
Increibles primeros planos.
La plastilina lo puede todo. Puede ser extremadamente feliz como la oveja Shaun. Y puede ser extremadamente confusa y dramática como en Anomalisa. Puede emparentar con la animación tradicional, y puede, como en este caso, ser más real que la vida misma (en lo material y en lo abstracto). Ni la especie de caretas que los personajes tienen por rostro nos desvía de nuestra creencia. Como tampoco un titiritero, puesto a todas luces frente a nosotros, nos engaña: los muñecos se mueven solos. Y Kauffman mueve nuestros sesos para que no se queden anquilosados y se conviertan en plastilina. 

David Thewlis (Michael) y Jennifer Jason Leight (Lisa) son las únicas voces diferentes en un mundo lleno de monotonía.
Valoración: 9 / 10
 
ANOMALISA (2015)
Director:  Charlie Kaufman, Duke Johnson.
Género: Animación para adultos, Stop Motion, drama.
Duración: 90 min.





CRÍTICA LA OVEJA SHAUN: LA PELÍCULA, "SHAUN THE SHEEP MOVIE" 82015)

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CONTAR OVEJAS NUNCA HA SIDO TAN DIVERTIDO. LA OVEJA SHAUN ES LA LANA QUE COLMA EL JERSEY DE PUNTO. 
Por Lucía Pérez García
 
Hay que ser increíble e inmensamente feliz para hacer una película como La oveja Shaun. Hay que ser tremenda y enormemente feliz para describir la felicidad sin palabras. Hay que tener toneladas de felicidad en los bolsillos para hacer de una oveja la mismísima imagen de lo que es ser feliz. Feliz es la palabra, con mayúsculas.  
El stop Motion tiene sus peculiaridades. Una de ellas es la posibilidad de crear magia. La otra es su especial expresividad. El estudio inglés Ardman Animations, responsable de Chiken Run: Evasión en la granja y Wallace & Gromit, es todo un experto. La plastilina cobra vida en sus manos. Y, lo que es más importante, se recubre de felicidad. La técnica del Claymotion no tiene secretos para ellos. Tal es la maestría con la que manejan a sus maleables personajes, que no tienen necesidad de recurrir al lenguaje. La expresión lo dice todo. Si al verlos no te entran ganas de espachurrarlos, es que no eres feliz.  

Entre las creaciones de estos ingleses, la oveja Shaun se lleva la palma de la felicidad. Es la alegría, no solo de la huerta, sino de la granja entera y hasta de la ciudad. La serie de televisión ya te estampaba en la cara una buena dosis de felicidad. La película te deja con una sonrisa de oreja a oreja para el resto del día. 
Hemos visto mil veces los intentos de los animales de escapar de su monótona vida de corral. Otra más. Aburrido, pensaríamos. Y encima ni hablan. Aburrido doble. Además son de plastilina. No puede ser más aburrido en la época de la animación por ordenador y el 3D. Solo una criaturilla tan adorablemente disparatada como la oveja Shaun podría hacernos tragar nuestras palabras. Porque ella sabe perfectamente que el silencio puede hacer reír más que aquellas. En el abecedario de Shaun, solo caben las risas. 

Valoración: 9 / 10 
LA OVEJA SHAUN: LA PELÍCULA, “SHAUN THE SHEEP MOVIE” (2015) 
Director: Richard Starzak, Mark Burton 
Género: animación, stop motion, comedia. 
Duración: 85 min.

CRÍTICA MAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA, "MAD MAX: FURY ROAD" (2015)

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EL MEJOR MAD MAX DESDE 1979. GEORGE MILLER ESTÁ LOCO, LOCO, LOCO. 
Por Lucía Pérez García 
George Miller vive entre dos mundos extremos, paralelos en su propia idiosincrasia: el de Babe, el cerdito valiente y Happy Feet, y el de Mad Max. Solo un loco puede habitar lugares tan dispares. Solo un loco puede inventar el universo de Mad Max. Hacerlo realidad es una de las experiencias más locas del cine. Verlo, una de las mayores locuras. Si no acabas loco, te has equivocado de película.


Para disfrutarla no hace falta entenderla. No hace falta que vieras las anteriores. Tampoco es necesario ser un seguidor acérrimo. Mad Max es demencia, esquizofrenia, excentricidad. Pero sobre todo acción, energía y velocidad. Todo ocurre a mil kilómetros por hora. Y por todo se entiende hasta el más mínimo elemento del cine de acción. Y no solo acción, sino hasta una trama interesante protagonizada por un grupo de chicas tan bestias e intrépidas como los chalados seres ¿humanos? Que habitan estas tierras del futuro.
¿En una película de acción pura?
Pues sí. Y con un actor como Tom Hardy
¿Ese que está nominado al Oscar por El renacido?
Pues sí, este Max Rockatansky casi, casi hace que te olvides de Mel Gibson.
¿En serio?
Casi, casi. Y es más, la película tiene diez nominaciones a los Oscar. Entre ellas a mejor película. 
¿Ein? Y repito ¿Ein? ¿Una de acción?
Qué sí, qué sí.
Esto es una locura…
Totalmente.



Valoración: 7 / 10 

MAD MAX. FURIA EN LA CARRETERA, “MAD MAX: FURY ROAD” (2015) 
Director: George Miller 
Reparto: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Angus Sampson, Zoë Kravitz, Rosie Huntington-Whiteley, Nathan Jones, Riley Keough, Abbey Lee, Courtney Eaton, Josh Helman, Megan Gale, Melissa Jaffer, Stephen Dunlevy. 
Género: Acción, ciencia ficción, futuro post apocalíptico, secuela. 
Duración: 120 min. 

CRÍTICA MUSTANG (2015)

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MUSTANG: CUANDO LA CULTURA DE UN PUEBLO SE OPONE A LA NATURALEZA.
Por Lucía Pérez García



Ese momento tan apreciado por el cine en el que los niños dejan de serlo para convertirse en adultos. A veces antes de tiempo. A veces por descubrimientos involuntarios y decepciones. A veces por convenciones sociales y culturales. La naturaleza se interrumpe para seguir un curso que le es ajeno. Y la edad adulta se instala sin unos cimientos sobre los que asentarse, porque los que se estaban construyendo han sido derribados de golpe. 
 
Cinco hermanas todavía ajenas a su tragedia personal.
Muchas películas han mirado de cerca este tema. La diferencia de Mustang es que lo hace desde la dura crítica a una cultura, la turca, que acorta la infancia de las niñas para convertirlas en pequeñas mujeres antes de tiempo. La mirada a la mujer de países periféricos del sudeste asiático, África o el este de Europa es siempre reveladora. Aterradora en concepto, pero contada desde una perspectiva que convierte la crítica en algo positivo y hasta bello, desde la comedia al drama, desde el documental al romance.  

Una boda que sabe a muerte: de la infancia, la libertad, la juventud, los sueños...
Mustang (como los caballos salvajes americanos) simboliza la libertad. La juventud y energía de unas chicas que todavía viven en un mundo diferente, casi de fantasía. En una etapa de descubrimiento y búsqueda continua. Simboliza unos valores robados que la directora turca Deniz Gamze Ergüven ha querido defender desde la mirada de cinco hermanas, con el foco en la más pequeña de ellas, para ahondar más si cabe. 
La infancia cortada de golpe.
El punto de vista de la hermana pequeña, siempre enfocado de cerca por una cámara inquieta, es tan ilusionante como trágico. Es por ello que el vaivén y la contradicción emocional están presentes en todo momento. En las vivencias de ensueño de una chica feliz y en la tragedia de la misma al ver como sus hermanas son obligadas casarse una por una. Cada boda es como una muerte. Una muerte que hace acto de presencia simbólico en una escena clave para comprender el mensaje que la directora nos quiere hacer llegar. La liberación supone un punto luminoso en la lejanía (unos 1000km, en Estambul) al que aspiran sus sueños de juventud. 

Mustangs en busca de libertad.
Con cierto aire al cine de los Dardenne (hermanos garantía de reconocimientos en festivales y todo lo que se ponga por delante: César, BAFTA…), una temática muy acertada en tiempos de lucha por los derechos de la mujer, y una larga lista de premios (Goya a mejor película europea, Espiga de plata en Valladolid, mejor ópera prima en los Premios del cine eurpeo…) y nominaciones (Globos de Oro, Satellite Awards, César…), Mustang se coloca como una de las favoritas a hacerse con la estatuilla. 

 Valoración: 6.5 / 10 


MUSTANG (2014)

Director: Deniz Gamze Ergüven

Reparto: Erol Afsin, Ilayda Akdogan, Doga Zeynep Doguslu, Elit Iscan, Ayberk Pekcan, Günes Sensoy, Tugba Sunguroglu

Género: Drama, adolescencia.

Duración: 97 min.


CRÍTICA THEEB (2014)

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THEEB TIRA DEL DESIERTO, SINÓNIMO DE AVENTURA, PARA ENGRANDECER UNA PELÍCULA LENTA, PERO SUBLIME EN LO VISUAL.
Por Lucía Pérez García



Theeb es el desierto. Un paisaje anaranjado de horizontes eternos que bien podía haber sido escenario de un western clásico en CinemaScope, o del mismo Lawrence de Arabía. Y por eso, porque es la naturaleza la que domina la pantalla y la historia, la cámara se recrea en ella regalándole cada plano, unas veces rozando lo documental, otras veces el Hollywood dorado. También la música, fiel compañera del espacio abierto, incrementa aún más si cabe la magnificencia y la soledad de la tierra.


Pero Theeb es también el niño protagonista. Un niño que nos gana con la mirada. Superviviente solitario de una tribu beduina. Caminante del desierto sin apoyo de padre ni hermano, ambos muertos. Sorteando peligros con valentía. Una travesía de esencia clásica, si bien con un ritmo demasiado pausado que resta emoción a la aventura. Más aventura por el lugar y las circunstancias (la guerra), que por la misma acción dramática.

Se queda en los ojos. Las púpilas disfrutan. La mente viaja. Pero el alma no acaba de conmoverse. 


Valoración: 6 / 10

THEEB (2014)
Director: Naji Abu Nowar.
Reparto: Jacir Eid, Hassan Mutlag, Hussein Salameh, Marji Audeh, Jack Fox.
Género: Aventuras, drama, I Guerra Mundial.
Duración: 100 min. 


CRÍTICA EL NIÑO Y EL MUNDO, “O MENINO E O MUNDO” (2015)

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EL NIÑO Y EL MUNDO, O EL MUNDO DESDE LOS OJOS DE UN NIÑO. 
Por Lucía Pérez García 

Colores, colorines. Una flauta y una musiquilla de ocho notas como recuerdo. Movimiento. Hacia delante, en círculos concéntricos, excéntricos, hacía arriba y hacia abajo. Acuarela, pastel, lápiz, collage, imagen real, animación por ordenador. Abstracción, figuración, realismo, expresionismo, surrealismo, naif, pop art, arte oriental, movimientos artísticos brasileños como la antropofagia y el tropicalismo. Todo. Porque en el mundo hay de todo. Y en el mundo de un niño cabe todo, y más.  

No te vayas papá...
Colores, criaturas, surrealismo...estética brasileña y universal.
El niño y el mundo no es la versión brasileña y actualizada de Marco, donde un niño va en busca de su padre, viviendo cientos de aventuras en el camino. Pero tiene algo. Y le añade algo más. La sociedad de masas, la producción en serie, la basura, la guerra. Los problemas del mundo vistos través de los ojos de un niño en su persecución errante. Y por verse desde esas pupilas como dos manchitas dentro de un círculo, se perciben de otra forma: entre el asco, lo feo y lo bello, porque la estética es así de caprichosa. La reflexión está servida en una bandeja de brillantina artística.  


El consumo excesivo y la acumulación de basura, ya lo decíaClaes Oldenburg. 
Encerrados en un mundo tecnológico.
Las masas y la inspiración en el arte brasileño
Alê Abreu une elementos comunes de su iconografía: pájaros, jaulas, paisajes crepusculares, fondos abstractos o el estilo expresionista a grafito. Símbolos de libertad, o de coacción de la misma, de sueño, de recuerdos de niñez, de un subconsciente con ansias de salir volando (véanse los cortos Espantalho, 1998; y Passo, 2005). Un surrealismo que, como la propia palabra indica, es más real aún que ese mundo que pisa el niño y que solo él ve con los ojos de la verdad y el corazón. Nosotros, ahora, tenemos la oportunidad de seguir sus pasos y descubrir el mundo sin necesidad de palabras, solo con la música y la mirada.

Reminiscencias del corto Passo.
¿Pesadilla antes de carnaval?
Valoración: 9 / 10 

EL NIÑO Y EL MUNDO, “O MENINO E O MUNDO” (2015) 
Director: Alê Abreu. 
Género: Animación. 
Duración: 80min. 


ESPECIAL OSCAR 2016

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COMO TODOS LOS AÑOS POR ESTAS FECHAS, ME CONVIERTO EN ESTATUILLA DORADA, REÚNO TODAS LAS CRÍTICAS, OS DOY MIS PREDICCIONES, Y OS DIGO: AND THE WINNER IS... 


MEJOR PELÍCULA 

Yo, Oscar… nunca entenderé porque no aparece Carol entre las nominadas. Y como no lo entiendo, voto por ella. Mientras tanto, haré como que elijo una de las candidatas. ¿Cuál? Está complicado. No precisamente por las complicaciones de otras categorías, donde todas merecerían ganar. Es complicado porque no veo una ganadora nata. Y mis ojos de Oscar lo ven todo. Los directores optan por Mad Max. ¿Será capaz la Academia de salirse de sus esquemas y cometer una locura? La crítica por El renacido o Spootlight. Señores críticos, no se copien unos a otros y no se dejen llevar. El Renacido es la gran estafa americana del 2016, Spootlight tiene una antecesora periodística mejor llamada La verdad (James Vanderbilt, 2015). Spielberg, por mucho que me duela… La gran apuesta es una buena apuesta, pero a ésta le tengo que reservado el montaje. Marte se puede ir directamente a orbitar al espacio. Brooklyn tiene su no sé qué de yo que sé, que me extraña mucho. Señores, creo que debo encerrarme en una “habitación” a aclararme las ideas. Aunque dará igual, porque los académicos son hombres sin piedad, y son más de doce. 


MEJOR DIRECTOR 
-Thomas McCarthy (Spootlight)
-Alejandro González Iñárritu (El Renacido) 
-George Miller (Mad Max) 
-Lenny Abrahamson (La Habitación) 
-Adam McKay (La Gran Apuesta) 

Yo, Oscar… sigo sin entender lo de Carol. Pobre Todd Haynes. Lo de Iñárritu me huele a chamusquina. ¿Será que también anda quemando a DiCaprio? No sería de extrañar con todas las barbaridades que le ha hecho al pobre hombre. Pero en la barbaridad no está la calidad. Quizás en las salvajadas. Lo cual, paradójicamente, es una barbaridad. Pero eso a George Miller no la importa. 


MEJOR ACTOR
-Michael Fassbender (Steve Jobs) 
-Leonardo DiCaprio (El Renacido) 
-Matt Damon (Marte) 
-Eddie Redmayne (La Chica Danesa) 
-Bryan Cranston (La Lista Negra de Hollywood) 

Yo, Oscar… sueño con vivir en la casa de Michael Fassbender y tener una bonita vista panorámica desde la chimenea de su salón. En la de Eddie se vive muy bien. No me disgustaría, aunque no se puede ser tan avaricioso. No me gusta repetir cuando no es realmente necesario. Y en este caso no lo es. Bryan Cranston es genial aunque da un poco de dolor de cuello (ya me entenderán). Y Damon come patatas cultivadas con caca. Definitivamente, el señor Fassbender y su capacidad para convencerme de que es Steve Jobs a pesar de no parecerse en absoluto físicamente, se merecen que yo luzca brillante y dorado delante de sus invitados. Lo tengo claro. No lo nominaron por Shame. No lo han nominado por Macbeth. No se lo dieron por 12 Años de Esclavitud. Jobs es la gran baza. Pero siento que fuerzas ocultas conspiran contra mí. Fuerzas poderosas con ansias de venganza que desde hace años luchan por ser: “El rey del mundooooooooooooooooooooooo”. 


MEJOR ACTRIZ 
-Brie Larson (La Habitación) 
-Saoirse Ronan (Brooklyn) 

Yo, Oscar… soy mega fan de Cate Blanchet. Dos veces, nada más y nada menos, he caído rendido a sus pies (El Aviador y Blue Jasmine). Otras tres le limpié los zapatos (Elizabeth, I`m Not There y Elizabeth: La Edad de Oro). Verla me pone el dorado de punta. Es por eso que siento un dilema interior. Esa chica que viene del cine independiente me tiene sorprendido. No le di más importancia cuando la descubrí en Las Vidas de Grace. Pero ha sido encerrarla en una habitación y sacar la bestia que lleva dentro. Mi primo Globo de Oro no ha podido resistirse. No es que si él se tira por un puente yo vaya detrás pero… si no es mi Cate, tiene que ser ella. Ya basta de la Lawrence. 


MEJOR ACTOR DE REPARTO 
-Christian Bale (La Gran Apuesta) 
-Mark Rylance (El Puente de los Espías) 
-Mark Ruffalo (Spootlight) 
-Tom Hardy (El Renacido) 

Yo, Oscar… me encantaría regalarme al señor Mark Rylance. Lo mejor, sin duda, de El Puente de los Espías. Tom Hardy cada vez me gusta más. Voy superando la grima que me daba la boca de este actor al principio. Vale, es raro, lo sé. Pero unas películas atrás hubiera odiado que me diera un beso en mi cabecilla dorada. Ahora no me importa tanto ¿Será que en El Renacido se da un aire a Charlie Hunnam? Eso y que en Legend, pese a la atmósfera de caricatura comiquera, me enganchó. Pero todavía está por llegar su gran actuación. Ruffalo sería mejor candidato si lo hubieran nominado por Infinitely Polar Bear. Stallone, es todo nostalgia, aunque consiguió que Rocky dejara de parecerme un pesado que nunca se callaba. Es Christian Bale, otro actor que me ha ido conquistando con el tiempo, el que se ha ganado mi corazoncito de oro con su interpretación de un hombre tuerto en los primeros planos. 


MEJOR ACTRIZ DE REPARTO 
-Rooney Mara (Carol) 
-Kate Winslet (Steve Jobs) 
-Jennifer Jason Leigh (Los Odiosos Ocho) 
-Alicia Vikander (La Chica Danesa) 
-Rachel McAdams (Spootlight) 

Yo, Oscar…tengo un gran problema. Me gustan todas. Todas y cada una de ellas. Para decidirme he tenido que jugar al descarte. La primera en caer ha sido McAdams. Lo siento. La segunda, Jennifer Jason Leigh. Perdóname. La tercera, Vikander. Me ha costado lo suyo. La cuarta, con todo el dolor de mi alma, Kate Winslet. No quería. De verdad. Pero Rooney Mara es caso indiscutible. Amor a primera vista, nunca mejor dicho cuando se trata de Carol. 


MEJOR BSO ORIGINAL 

Yo, Oscar… ya os he hablado de ello en De Fan a Fan. Y como ya dije, no me gusta repetirme. Solo los elegidos pueden hacerme cambiar de opinión: Marlon Brando, Katharine Hepburn, John Ford, etc, etc. ¿Por qué no está Morricone entre ellos? Algo me pasó en 1986 para ir a parar a manos de John Barry. ¿Sería que ya intuía un Bailando con Lobos en la lejanía? Mmmm… ¡esto hay que arreglarlo de alguna manera! A no ser que Carter Burwell me lo impida de nuevo… 


MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA 
-El Hijo de Saúl 
-Mustang 
-Theeb 
-El Abrazo de la Serpiente 
-A War 

o, Oscar… como todavía solo he visto dos (tengo que darme prisa. Si quiero llegar a tiempo) debo de guiarme por las críticas y los premios. ¿Volvemos al descarte? A War, Theeb, quizás El abrazo de la serpiente. Pero creo que Mustang y El hijo de Sául son rivales directas. La primera llama más la atención por la crítica social. La segunda, con un tema tan universal y querido por el cine, visto además desde otra perspectiva, va con ventaja. Además, cuenta con el beneplácito de mi primo Globo de oro. 


MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN 

Yo, Oscar… me siento como un personaje animado. Tengo una gotita de sudor gigante en medio de la frente de tanto meditar. Una trama de líneas asimétricas y mal trazadas rodea mi cabeza pensante de estatuilla. Son todas tan estupendísimas, tan rozando el 10 en sus diferentes estilos y temáticas, que no sé cuál elegir. ¿Es Miedo el que me está provocando la indecisión? Sin duda Asco no está tomando parte. Quizás Pena sea la culpable de que no quiera descartar ninguna. Ira me avisa de que se enfadará si no elijo bien. Alegría es la única que se decanta un poco: Shaun y Del Revés, me dice. Creo que Shaun lo ha dicho un poco más bajito… 


MEJOR CORTOMETRAJE DE ANIMACIÓN 
-Prologue 

Yo, Oscar… disfruté más con el corto Sanjay’s Super Team, que con El viaje de Arloque venía después. No lo llevaré conmigo durante toda la vida como Knick Knack oPajaritos, pero el director Sanjay Patel se ha ganado mi simpatía, y su mini-yo animado una super-sonrisa dorada. Es lo que tiene Disney. No lo puedo evitar. Qué sí, que el resto están muy bien (me encanta la criatura con bracitos en modo baile del sambito que aparece corriendo en Mundo del mañana). Cada uno con sus peculiaridades, estilos y técnicas diferentes. Como debe ser. Unos para niños y otros para adultos. Pero Mickey me llama… 


 RESTO DE CATEGORÍAS
-Mejor guión adaptado: Carol
-Mejor guión original: Del Revés
-Mejor montaje:  La gran apuesta
-Mejor fotografía: Sicario
-Mejores efectos visuales: Mad Max
-Mejores efectos sonoros: Sicario
-Mejor maquillaje: Mad Max
-Mejor vestuario: La chica danesa
-Mejor diseño de producción: El renacido

Yo, Oscar... creo que Carol es el alma de Patricia Highsmithm que tantos ratos de intensa lectura suele traerme las mañanas y las tardes de verano (porque empiezas a leer y no paras). Aunque Aaron Sorkin también se merecía estar aquí. Qué poca consideración...

Creo que Del Revés nos deja a todos, así, con lo de dentro hacia afuera, que es lo que debe hacer una buena historia. 

Creo que el montaje de La gran apuesta lo es todo para una película initeligible para los ajenos al mundo económico.

Creo que Sicario, aunque no sea lo mejor de Villeneuve, se merece al menos el sonido y la fotografía, como se lo mereció Prisioneros en su momento (se mereció tanto y le dieron tan poco...). 

Creo que  Mad Max se va a llevar unas cuantas de cosas a casita. Espero que me traten bien. Miedo me da. Casa de locos...

Creo que Paco Delgado tiene que llevarme a España.

Y, como premio de consolación, le daré algo a El renacido. 


Y ésto es todo amigos. Se aceptan apuestas 
¡nos vemos el día 28!



CINE Y ATLETISMO: GALLIPOLI (1981)

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GALLIPOLI: EN EL ATLETISMO Y EN LA GUERRA
Por Lucía Pérez García 



Porque no solo de fondistas vive el cine. Los velocistas también tienen un hueco. La de 1980 fue la década en la que las piernas de los actores se movieron más rápido. En Carros de fuego, Eric Liddell (Ben Cross) demostró que Dios le había hecho con un propósito: correr más rápido que nadie. Un año antes, en Gallipoli, Archie Hamilton (Mark Lee) corría a la velocidad de un leopardo. Todos recordamos la escena de los atletas rodando por la playa acompañados de la música de Vangelis. Mítica y motivadora como la que más. Pero pocos recuerdan la arenga de un entrenador a su joven pupilo y sus 9.8 segundos en unos 100 metros en medio del total silencio del gran desierto australiano. ¿Por qué? Australia está tan lejos…  

¿Qué son tus piernas? 
 Muelles, muelles de acero. 
¿Y qué van a hacer? 
Llevarme a toda velocidad 
¿A qué velocidad puedes correr? 
A la de un leopardo 
¿Y a qué velocidad vas a correr? 
A la de un leopardo. 



El cine australiano empezó a conocerse internacionalmente a partir, precisamente, de los ochenta, cuando directores como George Miller o Bruce Beresford y actores como Mel Gibson o Sam Neill, encontraron un sitio en Norteamérica. Fue la época de Mad Max y Crocodilo Dundee. También la de Gallipoli. Pero la memoria, bastante ajena a lo marsupial, se decantó por la locura más universal de Max Rockatansky y Michael Dundee. No se dio cuenta de que los atletas también somos unos locos de primera, y de que la guerra, en cualquier parte del mundo, es una total locura.  


Uno de los hombres que pertenecieron a esta nueva ola del cine australiano fue Peter Weir, un director ante el cual hay que ponerse firmes y decir aquello de: “Oh capitán, mi capitán”. En su haber, maravillas tales como: El Año que Vivimos Peligrosamente (1983), Único Testigo (1985), La Costa de los Mosquitos (1986), El Club de los Poetas Muertos (1989), El Show de Truman (1998) y Master & Comander (2003). Gallipoli fue un punto de inflexión en su carrera. Su idilio con el cine americano estaba a en cámara de llamada, listo para salir a la pista. 


Y si extraordinario es el director, no lo es menos el compositor Brian May, considerado el mejor australiano de su profesión. Autor de la trilogía inicial de Mad Max y culpable de que los momentos más atleticos de Gallipoli nos lleguen al alma. A sus temas, con ese sabor tan ochentero del sintetizador, estilo Vangelis y Giorgio Moroder, se suman el tema “Oxigene” de Jean Michael Jarre para el momento de máxima tensión de la batalla final, y el Adagio en sol menor para cuerdas y órgano de Albioni, para dibujar los sentimientos hacia el horror de la guerra. Y a todo ello, el silencio, como uno de los elementos más importantes. 



Y es que como bien dice el propio protagonista (apunten bien): “Correr no es todo en la vida”. Por eso Gallipoli es, ante todo, una cinta bélica. Una fórmula que aprendería bien Angelina Jolie para hacer Invencible (2014). Y es que tanto en la guerra como en el atletismo el objetivo es siempre la victoria: personal, moral, física o material, pero victoria al fin y al cabo. Tan impresionante como la descripción de las emociones ante la inminente batalla y el miedo a la muerte, lo es la del significado del atletismo. Un modo de vida, de amor hacia los seres queridos, de amistad, de diversión, guardián de recuerdos y momentos, incluso un elemento de supervivencia y valor. Un símbolo del verdadero significado del deporte.  


Única e inolvidable. El plano final se te queda grabado para siempre como una doble imagen: victoria y muerte. La entrada en meta y en la otra vida tienen en Gallipoli un significado similar. 

Valoración: 
-Cinéfila: 7 / 10 
-Motivación: 6 / 10 
-Técnica: 6.5 / 10 

GALLIPOLI (1981) 
Director: Peter Weir 
Reparto: Mel Gibson, Mark Lee, Bill Hunter, Robert Grubb, Tim McKenzie, David Argue, Ron Graham, Bill Kerr. 
Género: Bélico, Primera Guerra Mundial, Atletismo. 
Duración: 110 minutos.

 

CRÍTICA BONE TOMAHAWK

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CANÍBALES DEL DESIERTO
Por Lucía Pérez García 

Si John Wayne hubiera vivido en el siglo XXI, lo habríamos visto en Sitges. Habría tenido que batirse con indios más fieros que los sioux y habría tenido que soportar la imagen del canibalismo en pleno Oeste americano. No habría tenido más remedio. Adaptarse a los nuevos tiempos en el western significa releer la historia y revisionar los subgéneros. Bone Tomahawk se mira en Centauros del Desierto y se lo come crudo. Aquella búsqueda sin cuartel se convierte en un cuento para niños al lado de esta salvaje travesía hacia los instintos más primitivos del ser humano. Mientras, John Ford se revuelve en su tumba. Un poco más allá, el Marlon Brando defensor de los indios lanza maldiciones desde las estrellas. Una revisión de los clásicos en clave de terror, o el terror de los clásicos ante la revisión de los géneros cinematográficos. 


Las claves de género de terror no llegan hasta el último cuarto de la película. El western puro y duro domina el metraje para convencernos de su origen y enganchar al aficionado que disfruta de las películas con el sombrero de cowboy y un palito instalado entre los dientes. Conforme nos acercamos al final, el dolor, las penurias y demás tribulaciones del desierto se van adueñando de la historia a la vez que un progresivo suspense va nublando el panorama. Cuando llega el punto culminante, nos morimos de asco. Haría falta mezclar un poco Tarantino con una buena ración de holocausto para describir las visiones a las que se nos somete de la forma más explícita. El solo sonido de las gargantas salvajes ya revuelve el estómago y pone los pelos de punta. Añádanle un reparto perfecto, un poco de parodia de época, otro poco de olor a chamusquina y ya tienen Bone Tomahawk. Aquí "los que no perdonan" son los indios. Bone apetit forastero, sino vomitas antes. 



Valoración: 7.5 / 10 

BONE TOMAHAWK (2015) 
Director: S. Craig Zahler. 
Reparto: Kurt Russell, Patrick Wilson, Matthew Fox, Lili Simmons, Richard Jenkins, Sean Young, David Arquette, Kathryn Morris, Sid Haig, Geno Segers, Michael Paré, Jamie Hector 
Género: Western, Terror. 
Duración: 133 min. 

CRÍTICA KNIGHT OF CUPS (2015)

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TERRENCE MALICK: CABALLERO DEL ABSURDO 
Por Lucía Pérez García 




Arriesgándome a no ser entendida, me aventuro a escribir una crítica a lo Terrence Malick. Preparada la voz en off. Cámara en mano. Luz natural. Música maestros. 


"Había una vez un joven príncipe cuyo padre, el rey de Oriente, lo envía a Egipto para encontrar una perla. Pero cuando llega, el pueblo le sirve una taza. Al beberla, se olvida de que era el hijo de un rey, se olvida de la perla y cae en un profundo sueño". 

La playa. El atardecer. Olas. Viento. Detrás de la melancolía, Emmanuel Lubezki. ¿Déjà vu? 


Voces de programa de radio nocturno. Frases supuestamente profundas y filosóficas que queriendo tener más sentido que ninguna, lo pierden. 

La dolce vita de Christian Bale. Malick intenta su propia gran belleza. Y no le sale. 

Mujeres de una vida: Cate Blanchet, Natalie Portman, Imogen Pots…, mujeres de un día, de una noche. Un trozo de película para cada una. ¿Su significado dentro de la historia?

Música original de Hanan Townshend. Malick también paga a un compositor. Pero ya no hay Zimmer. Ya no hay Horner.

Christian Bale en una fiesta. De noche.

Christian Bale en su casa. Arquitectura moderna. De día. Recuerdo los planos de Sean Penn en El Árbol de la Vida. Nada que ver.



Christian Bale con problemas de amores. A todas horas. Malick y el amor. Malick y la tragedia. 

“Canon en Re Mayor” de Pachelbel. 

He dejado de pensar en la película. Imposible comprenderla. Solo veo a Christian Bale.  

Me gustaban las primeras de Malick. Cuando se tomaba su tiempo para reflexionar en vez de intentar hacernos reflexionar a nosotros precipitadamente.  

Repaso mentalmente la filmografía del director. Malas Tierras. Nada que ver con el Malick que conocemos. Genial. Días del Cielo. Ya empieza a ser Malick. La Delgada Línea Roja. Sigo llorando. Un Nuevo Mundo. Sobraba Colin Farrel. El Árbol de la Vida. Me daba miedo y terminé hipnotizada, sorprendida. To The Wonder. Necesité dos intentos y mucha voluntad para verla. Ya se está pasando. Y ahora, solo queda la estética por la estética. La belleza por la belleza. Pretensiones filosóficas de un filósofo conformado con aquello que le hizo célebre. Vacío. Como el vacío existencial del personaje de Christian Bale. 

Christian Bale sigue en la playa, dentro de esas paredes de hormigón y cristal, en una fiesta, en una discoteca llena de luces de colores sobre la oscuridad de los pensamientos. 

No he visto por ninguna parte al príncipe de oriente. Si acaso al mismo actor que una vez fue el Moisés de Ritley Scoot. ¿Aceptamos pulpo como animal de compañía? Christian Bale. Es lo único que veo. 

¿Quien es, o qué es, el caballero de copas? El personaje de Christian Bale es un caballero. Solo de presencia. Va de copas. Pero...

La magia de Terrence Malick se va esfumando película a película. El director misterioso quizás esconda algún misterio y nos sorprenda gratamente la próxima vez. Lo dudo, no se haya tomado su tiempo… mientras tanto: ÉSTO YA LO HE VISTO, Y MUCHO MEJOR.

Ahora es cuando no has entendido nada. Ahora es cuando sientes lo mismo que yo al acabar: Knight of Cups


Valoración: 3 / 10 

KNIGHT OF CUPS (2015) 
Director: Terrence Malick 
Reparto: Christian Bale, Cate Blanchett, Natalie Portman, Brian Dennehy, Antonio Banderas, Freida Pinto, Wes Bentley, Isabel Lucas, Teresa Palmer, Imogen Poots, Peter Matthiessen, Armin Mueller-Stahl, Cherry Jones, Patrick Whitesell, Rick Hess, Michael Wincott, Kevin Corrigan, Jason Clarke, Joel Kinneman, Clifton Collins Jr., Nick Offerman, Jamie Harris, Lawrence Jackson, Dane DeHaan, Shea Whigham, Ryan O'Neal, Bruce Wagner, Jocelin Donahue, Nicky Whelan 
Género: ¿drama?
Duración: 118 min.



 

CRÍTICA KUNG FU PANDA 3 (2016)

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LLUVIA DE PANDAS
Por Lucía Pérez García 






No hay cosa más adorable y espachurrable que un pandita pequeñito y regordete. Solo con eso, Kung Fu Panda 3 ya tiene ganado el corazón de medio mundo. Se acabaron los ojitos del Gato con Botas. A partir de ahora lo que se lleva son las manchitas de osito rechoncho. 


Po no es pequeñito, pero es igualmente abrazable. Ha cumplido sus sueños con creces. Ha superado retos impensables. Pese a no poder subir las escaleras sin asfixiarse, ha conseguido ser todo un Guerrero Dragón. Tiene unos amigos tan increíbles como él. Y tiene un padre oca que le cocina, con cariño y amor, todos los fideos que le hagan falta. No necesita más… ¿O sí? Dreamworks, el otro estudio de los sueños, opina que Po todavía tiene mucho que decir. Y viniendo de la productora donde las segundas partes siempre fueron buenas -Shrek 2 (Andrew Adamson, Kelly Asbury y Conrad Vernon, 2004), Madagascar 2(Eric Darnell y Tom McGrath, 2008), Como Entrenar a Tú Dragón 2(Jean DeBlois, 2014)- la opinión es más que fiable. 

Kung Fu Panda 3 no consigue superar a la primera, pero casi deja K.O. a la segunda. Se Enfrenta a Po a un reto que no baja el listón de los anteriores y sigue indagando en la leyenda. Se saca de la manga un villano que hace honor a quien le pone voz: el J.K. Simmons -al que todavía recordamos por el sillazo a Milles Teller en Whiplash-. Y, sobre todo, tiene una historia de familia visualmente impresionante, narrativamente ingeniosa y gratamente fuera de toda sensiblería, donde el Señor Ping (mi personaje preferido) tendrá mucho que decir. La pérdida de protagonismo del Maestro Shifu, Tigresa, Mono, víbora, Grulla y el Maestro Mantis, es lo único que desvirtúa una historia que no pierde fuelle. De ello se encargan los pandas y sus dumplings. 


Estos, y la música de John Powell y Hans Zimmer. Una colaboración más de dos compositores que se entienden a la perfección -que para eso vienen de la misma escuela-. Juntar al compositor de Cómo Entrenar a Tú Dragón 2 con el de El Rey León no tiene desperdicio. Los pandas no lo permitirían. Powell aporta la fantasía y el sentido animado. Zimmer el sabor étnico. Y como fin de fiesta, el “Kung Fu Fighting” de Carl Douglas. Los dumplings están servidos.  


Valoración: 7 / 10 

KUNG FU PANDA 3 (2016) 
Director: Jennifer Yuh y Alessandro Carloni 
Género: Animación 
Duración: 95 min. 



CRÍTICA REMEMBER (2015)

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REMEMBER, REMEMBER = VENDETTA 
Por Lucía Pérez García 




La venganza es un plato contradictorio. A los implicados se les sirve frío y con tan poca sustancia que los deja insatisfechos, mientras que al espectador le resulta un menú de lo más calentito y saciante. A veces repleto de comida basura. Otras, un verdadero plato gourmet. Atom Egoyam se queda a medias. Nos sirve un plato frío, de digestión pesada, de primero, y uno ardiente al final. Música de su fiel Michael Danna de fondo. Como un hilo musical perenne (demasiado) alrededor de los comensales. Atonalidades y momentos de desasosegantes. Una velada propia del universo egoyan, aunque no la que mejor “recuerdo” te deja. 


En esa búsqueda atoniana de la venganza el drama es eclipsado por el suspense. Un paso más no es necesariamente un avance. La memoria juega malas pasadas, y la del espectador debe estar atenta para no caer en el mismo juego que la del protagonista. Nadie conoce a nadie. Pocos saben con quién está jugando. El espectador menos que ninguno. Tanto es así que corre peligro de perder la paciencia y retirarse antes de tiempo, dejando el plato a medias. 

Y es que como todo el cine del canadiense, la construcción del personaje principal tiene lugar de forma reflexiva, progresiva, pausada y casi imperceptible. Una construcción que hay que verla en el sentido contrario, el de revelación. De algo prohibido, escondido u oscuro. En el de Christopher Plummer confluyen todos los hilos, formando, para más inri, una tela desgastada por las garras del Alzheimer. 

-Buah… eso ya lo he visto. El viejito que al final resulta que tiene Alzheimer y bla, bla, bla… 

-No señor. No lo has visto. 



Valoración: 6 / 10 

REMEMBER (2015) 
Director: Atom Egoyan 
Reparto: Christopher Plummer, Dean Norris, Martin Landau, Henry Czerny, Jürgen Prochnow, Bruno Ganz, Peter DaCunha, James Cade, T.J. McGibbon, Kim Roberts. 
Género: Drama, nazismo, vejez, enfermedad. 
Duración: 95 min. 


CRÍTICA NUNCA ES TARDE, "DANNY COLLINS" (2015)

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NUNCA ES TARDE PARA AL PACINO. 
Por Lucía Pérez García 


Nunca es Tarde es una de esas que yo clasifico como “película que podría haber llevado música de Thomas Newman”. El porqué de esa denominación es un asunto subjetivo. Algo así como una alianza secreta entre mi cerebro y mis oídos. Pero un poco de razón hay en ello cuando el primer largometraje de Dan Folgelman puede conectarse de alguna manera con El Juez (David Dobkin, 2014), El exótico Hotel Marigold (John Madden, 2011), Erin Brokovich (Steven Soderbergh, 2000), etc… dramedias con tema familiar, reconciliaciones y cambios, su pizca de enfermedad para disfrute del más sensiblero y el añadido de actores fetiche. Todo eso lo podemos encontrar en Nunca es Tarde. Todo eso, menos la música de Newman (en este caso la música es de Ryan Adams y Theodore Shapiro). 


Como aquellas, entra fácil por los ojos y se deja ver con la tranquilidad de saber que no vas a morir de un sobresalto, de un ataque de risa, ni de una pena superlativa. Y como aquellas, se va y no vuelve más, hasta que tu cerebro y tu oído se alían para retomar el listado de “peliculas que podrían…”. No deja poso, pero deja el buen sabor de lo agradable sin pretensiones. 


Basada en parte en un hecho de la vida del cantante folk Steve Tilston, el tema musical no va más allá de una excusa para el cambio, mediado a través del regalo de un Christopher Plummer que esta semana hace doblete con Remember de Atom Egoyan. Es la reconciliación, con la familia y la sociedad, la que lleva la voz cantante. Nunca mejor dicho. Y es esa dirección hacia el sentimentalismo y la emoción deliberados la que desvía la historia de su tema y manda el guión con la música a otra parte. Literalmente.  


Esperaba más del guionista de la genial, genialísima Cracy, Stupid, Love (Glenn Ficarra y John Requa, 2011). Pero también, de alguna forma, esperaba menos, vistos los últimos trabajo de Al Pacino. 

Valoración: 5 / 10 

NUNCA ES TARDE, “DANNY COLLINS” (2015) 
Director: Dan Fogelman. 
Reparto: Al Pacino, Annette Bening, Jennifer Garner, Bobby Cannavale, Christopher Plummer, Josh Peck, Katarina Cas, Cassandra Starr, Melissa Benoist 
Género: Comedia, drama, familia, vejez.
Duración: 106 min. 




CRÍTICA UTOPÍA (Serie TV)

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DISTOPÍA BRITÁNICA A TODO COLOR. 
Por Lucía Pérez García 


Olvídense de eso de: “¿Quién mató a Laura Palmer?”, y empiecen a asumir que estamos en el siglo XXI. Por mucho que David Lynch continúe haciendo de las suyas con Twin Peaks, que aquella siga siendo fuente indispensable de todo lo relacionado con asesinatos y búsquedas cinéfilas, y que sea una de las series que merecen ser escritas con mayúsculas, hay que renovarse o morir. Empecemos por cruzar el charco y situarnos en las Islas Británicas. Emplacémonos en una distopía actual. Cambiemos nuestra realidad por la de una viñeta de cómic en plena conspiración. Y, sobre todo, estemos atentos a la pregunta: “¿Dónde está Jessica Hyde?”. Tengan cuidado si no saben responderla… 

Un cómic: Los Experimentos de Utopía. La predicción de un desastre y sus consecuencias. Cuatro personajes, y alguno más, perseguidos por el manuscrito, engañados, chantajeados, torturados. Una organización, La Red, a la búsqueda y captura del mismo. Y adivinen de quien más. El resto son preguntas y más preguntas. ¿Dónde está Jessica Hyde? Dónde, por qué y, lo más importante: ¿Quién es verdaderamente Jessica Hyde? ¿Quiénes son realmente estos personajes? ¿Qué fin persigue Utopía? 




No solo una pregunta emparenta “de alguna forma” esta serie con el mundo de David Lynch. La estética es un elemento importante, si no el que más, en Utopía. Hipnótica desde el inicio por la saturación de colores y la música electrónica desasosegante y casi enervante. Utopía juega con los colores básicos y puros. Planos y saturados, como en un cómic, y combinados entre sí mediante el uso inteligente de los complementarios. No hay que subestimar el simbolismo. Cada color y combinación guarda un significado*. Un simple detalle de color puede revelar una trama completa si uno está atento. Todo ello emparento igualmente con el Pop Art. No solo por el lugar de procedencia, Inglaterra, sino por todo lo que se esconde detrás en cuestión social. Pero la hipnosis a la que nos someten dificulta las capacidades detectivesca del espectador. ¿Conspiración? ¿Está Utopía relacionada de alguna manera con el mundo real? No quieran saberlo. O sí. 

 

Utopía, incomprensiblemente, fue cancelada por Channel 4 en su segunda temporada, alegando falta de espacio para otro contenidos. Y sin embargo, el final podría perfectamente quedar como está. Pero como seguramente nos quedemos con ganas, dentro de poco podremos recurrir al remake (¿Qué raro verdad? Las tendencias están empezando a invertirse… ¿utopía o distopía?) que está preparando la cadena americana HBO. ¿Estará a la altura? 



Valoración: 8.5 / 10 

UTOPÍA (Serie TV. 2013-2014) 
Director: Dennis Kelly (Creator), Marc Munden, Alex Garcia, Wayne Yip. 
Reparto: Nathan Stewart-Jarrett, Alexandra Roach, Neil Maskell, Michael Smiley, Paul Higgins, Geraldine James, Adeel Akhtar, James Fox, Fiona O'Shaughnessy, Alistair Petrie, Stephen Rea, Rose Leslie. 
Género: Thriller, ciencia ficción. 
Duración: 2 temporadas de 6 capítulos (60min)



*Spoiler: Amarillo=elementos más importantes; Rojo=el lado malo, la muerte; Verde: confusión; Azul=experimentos… y así sucesivamente.  

CRÍTICA TRES COLORES: AZUL, "TROI COULEORS: BLEU" (1993)

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EL COLOR MÁS MUSICAL
Por Lucía Pérez García





 
Me gustaría poder escribir una crítica azul. Alejada de tintas de bolígrafo o tonos de fuente. Yo quiero escribir con el mismo color con el que Kieslowski filmó el primer capítulo de su trilogía. Con el mismo con el que el autodidacta Zbigniew Preisner compuso la “Canción por la unificación de Europa”. Con ese con el que Juliette Binoche salía de la piscina y no lloraba. Era el agua.


Seguramente no lo consiga. Demasiadas palabras. Querría que al pasar tu dedo por la pantalla aparecieran las líneas en tu cabeza. Como al pasar el dedo por el pentagrama la música brotaba en el cuerpo entero de Julie y se traspasaba al nuestro. La vía de transmisión metadiegética debía ser, sin duda, azul. Yo aún sigo buscándolo. 



Doy libertad a mis pensamientos para que naden hacia el fondo y vuelen hacia el cielo. Se abandonen a sí mismos para alcanzar su plena consciencia y su autorrealización. Libertad. Si alguna vez la imaginé antes de ver esta película, tenía un color diferente. Ahora es indiscutiblemente azul. La luz deja de ser transparente porque mis ojos la miran de otra manera. Eso es lo que quiero describir. Como un trozo de tela teñido intenta escapar del mástil y unirse al viento para que un director polaco lo invente y lo convierta en cine. Para que el mismo Kieslowski, tantos años unido al movimiento moral de su tierra, amplifique su lente, la misma con la que contaba las realidades del este, y escale en busca del azul universal. Un azul que no se encuentra en ninguna parte, sino en todas, y se focaliza en la mirada de Julie Vignon. Una vez un artista creó el azul Klein. Una vez un cineasta creó el azul Binoche.


Hace unos años Estuve en Lodz (Polonia) buscando el azul en la misma entrada de la escuela en la que Kieslowski sembró su primera semilla de celuloide. No tenía zlotys y no me dejaron entrar. Los euros no eran suficientes. Los bancos estaban lejos. El tiempo corría (tenía que irme a correr) en mi contra. Quizás por eso, a día de hoy, no sea capaz de escribir en azul. La próxima vez lo intentaré con el blanco.

Quise absorberlo todo como un terrón de azucar. Es imposible de una sola vez. Ahora tengo la oportunidad de volver a ver ese mismo azul, pero en grande. Como no pude hacerlo cuando con solo ocho años Spielberg y los dinosaurios lentraron en mi vida. Afortunadamente no en la de Juliette Binoche.

Valoración: 9 / 10 

TRES COLORES, AZUL, “TROIS COULEUR: BLEU” (1993) 
Director: Krzysztof Kieslowski 
Reparto: Juliette Binoche, Benoît Régent, Florence Pernel, Charlotte Vêry, Hélène Vincent, Philippe Volter, Claude Duneton, Emmanuelle Riva. 
Género: Drama. 
Duración: 98 min.

 

CRÍTICA TRES COLORES: BLANCO, "TROIS COULEURS: BLANC" (1994)

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BLANCO, A PARTES IGUALES
Por Lucía Pérez García 





Toca escribir en blanco. Muy diferente a hacerlo en azul. Manda la igualdad. Hay que dejar paso a la comedia, al protagonista masculino y al mismo devenir para la chica. Tres colores, tres chicas, no habría sido igual. Tres colores, tres dramas, tampoco. Y si el blanco no hubiera estado cargado de significado y belleza, tampoco habría sido lo mismo. Quedaría solitario entre dos obras hermosamente profundas. Eso no sería igualdad. 

Kieslowski no tenía miedo al blanco. Julie Delphi es el círculo negro sobre el fondo blanco de Zbigniew Zamachowski, salido directamente de la pintura de Malevich. Suprematismo de un Kieslowski que nos libera del lastre del mundo de las cosas y nos regala arte. Si antes fue el azul Binoche como trasunto imaginario del azul Klein. Ahora es el blanco Delphi-Zamachowski a partes iguales, el trasunto del blanco sobre blanco y el negro sobre blanco, sucesivamente, con una superficie matérica y una abstracción lírica que no dejan indiferente. Le dejan a uno blanco. 



El blanco es el más europeo de los tres colores. Quizás por aquello de ser en sí mismo una acumulación de todos. Kieslowski nos mira con cara de director polaco. Recuerda sus años de “cinema of moral anxiety”. Nos cuenta que en toda Europa existen los mismos problemas que en su país. De Francia nos traslada a Polonía. Y entre medio son engaña con patrañas graciosas vestidas de blanco. Como no puedo poner la mente en blanco me imagino Extraños en un tren. Presentaciones en el metro. Un tren subterraneo. Uno por otro, con muerte pactada. Cambien al maestro del suspense por el pintor de la bandera francesa. Varien el tono y echenle un poco de gracia melancólica. La fómula resulta de un blanco impecable. 


Yo, que en muchas ocasiones temo al blanco, tan solo temía no llegar al rojo debido a una muerte estética por acumulació de gran cine. Y al final sobeviví gracias al simpático blanco. Por algo los payasos se pintan la cara de ese color. El absurdo como contrapunto de la intimidad anterior. Tocar música imaginaria con un peine y un pañuelo. Viajar incrustado en una maleta y aparecer en un basurero nevado. Mafias y engaños.Y una lágrima como guinda sobre un pastel de color nata. Esta vez no por el agua. 
El blanco también se puede escribir en el aire. Y con gestos como los de la Dominique de Delphi acabo esta dedicatoria al segundo color, que para mi ocupa el tercer lugar. Pobre blanco, direis. No. Tres cajones tiene un poium. Los tres de un honor extraordinario.  


Como extraordinario es el placer de acariciar una escultura de yeso y bailar el tango de Preisner.



Valoración: 7 / 10 

TRES COLORES: BLANCO, “TROIS COULEURS: BLANC” (1994) 
Director: Krzysztof Kieslowski 
Reparto: Zbigniew Zamachowski, Julie Delpy, Janusz Gajos, Jerzy Stuhr, Grzegorz Warchol, Jerzy Nowak, Aleksandr Bardini, Cezary Harasimowicz, Jerzy Trela, Juliette Binoche, Florence Pernel. 
Género: Drama, comedia. 
Duración: 92 min.


 

CRÍTICA TRES COLORES: ROJO, "TROIS COULEURS: ROUGE" (1994)

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Y AL FINAL, FUE ROJO
Por Lucía Pérez García 



El rojo es el color con el que se corrige. En este caso no hay nada que corregir. Es un color necesario. Llamativo, relajante, misterioso, difuso, pasional y fraternal. El color que cierra el círculo. La botella, al fin, cae en el contenedor de vidrio. 

El perfil de Irène Jacob y una pompa de chicle. Recuerdo de lo efímero que no cae en el olvido. Deja de ser pasajero para hacerse eternamente cine en nuestros ojos, ahora tricolores. Fue un terrón de azúcar. Fue una escultura de yeso. Ahora es una burbuja llena de aire. La lágrima está aquí y en todas partes. Azul como agua de piscina. Blanca como emoción largamente buscada y encontrada en un gesto. Roja como un momento en el que sin querer se te escapa al saber que todo acaba en el rojo. 


La historia de cómo un perro y un teléfono indiscreto derivan en un cuento frustrado de amor pasado, reflejo y espejo de un cuento frustrado de amor presente. De cómo una chica que se hacía fotos mascando chicle es testigo de la misma emoción de tres formas diferentes. Por vecindad, por fraternidad y por propio protagonismo. De como nosotros, que venimos de vuelta en el mundo de las tonalidades hipnóticas, respondemos a todas las historias atando cabos de distinto color. El nudo final que todo lo une, es un nudo marinero y es rojo.


Si mezclo los tres colores en mi cabeza y pienso en la música que Preisner le puso a cada uno, un fotograma se alza sobre todos: el de Julie deslizando el dedo por el pentagrama. Si abro los ojos y los cierro de nuevo, seguramente, veré un perfil sobre una tela roja ondulante, y una pompa que nunca explotará. Nunca he sido capaz de dejar la mente en blanco, aunque por Kieslowski, lo intentaré hasta que acabe consiguiéndolo. 


 

Azul, blanco y rojo. Soplo una obra maestra es capaz de agotar a su autor.  

Valoración: 8.5 / 10 

TRES COLORES: ROJO, “TROIS COULEURS: ROUGE” (1994) 
Director: Krzysztof Kieslowski 
Reparto: Irène Jacob, Jean-Louis Trintignant, Jean Pierre Lorit, Frédérique Feder, Samuel Le Bihan, Marion Stalens, Cécile Tanner, Juliette Binoche, Julie Delpy, Benoît Régent, Zbigniew Zamachowski. 
Género: Drama 
Duración: 99 min.




 

CRÍTICA FRENTE AL MAR, "BY THE SEA" (2016)

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PUES A MI ME HA GUSTADO… 
Por Lucía Pérez García 





-¿Has leído los titulares? La crítica la deja por los suelos: pretenciosa, lánguida, aburrida, postiza como las pestañas de Jolie, mala imitación del cine italiano… 

-132 minutos… ¿Se hará tan larga como Invencible

 -Me da miedo, pero tengo ganas de verla. El cartel es tan bonito… 

 -Pues nada. Tirémonos a la piscina. O mejor dicho, al mar. 

-¡Oye...! Creo ue nos hemos quivocado de sala. Esta peli es en francés... preguntale al de atrás ¿no?

-No creo que hayamos entrado en un mundo paralelo donde las películas se proyectan en francés. Espera que hablen un poco más.

-Brad Pitt cada día se parece más a Benicio del Toro, o viceversa, pero la Jolie está guapa. Claro que los planos en plan “Oh de Jolie Parfum” ayudan mucho. 


-Ayudan a que la veamos guapa, porque lo que es a la película, no le ayudan mucho. Más bien le restan. 

-Menos mal que ya empiezan a hablar un poquito más. 

-Pero ¿No crees que es un poco confusa? ¿Dónde está la cámara? ¿Desde qué punto de vista nos está contando la historia? 

 -De repente soyél, de repente ella, ahora soy yo mismo viéndolo todo, y en un momento casi creo que también soy Melanie Laurent. Me estoy volviendo tan loca como al protagonista.

-Será eso. Digo yo. Locura, obsesión y depresión. 

-Será eso. 


-¿Sabes qué? Creo que me está gustando. No puedo dejar de mirar. Es algo así copmo hipnótica. Los colores tan, tanA pleno sol y El Talento de Mr. Ripley, la música de Gabriel Yared, la lentitud… el mar. 

-No me atrevía a decirlo, pero creo que a mí también me está gustando. No sé porqué, no puedo dejar de mirar. 

-¿Nos hemos convertido en los protagonistas? Yo también siento la necesidad de mirar continuamente. 


-Esto es muy raro. Es lentísima, depresiva...¿Qué nos pasa? 

-Será que al fin y al cabo no es tan mala ¿no? 

-Será que nos gusta el cine europeo.

-La Jolie hace muy buen papel, sobre todo al final. Y la película tiene su intriga y su misterio ¿Verdad?

-Sí. Y su yo qué sé. 

-Cierto. Eso es lo más importante. El qué se yo. 

-¿La metemos en la caja de las películas hipnóticas que no sabemos por qué nos gustan pero nos gustan? 

-Etiqueta asignada. 

-¿Sabes que me apetece ahora? Volver a escuchar la banda sonora. 


-Me apunto. 

-Lo veo todo amarillo. 

-¿Eso que se escucha es el mar? 



Valoración: 6.5 / 10 

FRENTE AL MAR, “BY THE SEA” (2016) 
Director: Angelina Jolie Reparto: Brad Pitt, Angelina Jolie, Mélanie Laurent, Niels Arestrup, Richard Bohringer, Melvil Poupaud 
Género: Drama, romántica. 
Duración: 132 min.

 

CRÍTICA ZOOTRÓPOLIS, "ZOOTOPIA" (2016)

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UNA ANIMALADA DE PELÍCULA 
Por Lucía Pérez García  




Cuando los animales conquistaron la animación, allá por los tiempos del primer Mickey marinero, incluso antes, cuando un gato llamado Félix se paseaba por las pantallas del cine silente; se abrió ante nosotros un mundo paralelo donde cada uno podía verse reflejado en una criaturilla, y cada criaturilla adquiría el carácter de una persona. Este nuevo mundo hecho de dibujitos absorbía tanto las miradas de los niños como las de los mayores. Los primeros querían hablar con sus adorables mascotas. Los segundos habían encontrado su reflejo más humano. Las fábulas, esos cuentos tan antiguos como la misma historia, empezaron a moverse gracias a la magia del cine. 

Disney, viendo como su pequeño ratón se hacía un hueco en los corazoncitos universales, decidió que así era como quería que fuera todo. Porque no hay nada más gracioso que un animalito cabezón de ojos enormes y patitas diminutas. Porque no hay nada más tierno. Nada más carismático. Nada que cause tanta compasión y que despierte tantas emociones. Los animales se extendieron por el celuloide hasta dejarlo lleno de pelos. 


Dentro de este mundo paralelo existen distintos apartados, o países. Aquellos en los que los animales hablan por su cuenta sin ser entendidos por los humano (en plan Toy Story) como es el país de Bolt. Los habitados por humanos que hablan con pajaritos, ratones y otros seres diminutos, donde residen princesas como Blancanieves y Cenicienta. Los que tienen como principales ciudadanos a los animales y sus mascotas humanas, véase El viaje de Arlo. Y los que son completamente animales, como el bosque de Robin Hood o, más claramente, Zootrópolis, capital animal donde las haya.  



Zootrópolis es la versión mamífera exacta de nuestra sociedad contemporánea. Además del inebitable "Puedes conseguir todo lo que te propongas", tiene los mismos valores y los mismos problemas. Tan actuales como la igualdad, entre especies y entre machos y hembras (zorro y conejo al fin compinches de aventuras, refutando los miticos cuentos). Tan universales y eternos como la amistad, las falsas primeras impresiones, y ese dicho popular de no te fíes de las apariencias. Y tan desesperantes como las colas causadas por la maldita burocracia. Por tener, tioene hasta una versión gacela de Shakira (que podía haberse quedado en casa con la versión ¿ñu? de Piqué). Pero lo que más tiene es el humor de reírse de los animales mismos y de los mismos humanos, cine incluido. 

Desde hoy mismo, hemos resuelto el problema de porque los funcionarios son tan lentos, porque los perros tan ruidosos, porque los zorros tan astutos y las comadrejas tan listillas. Y lo más importante, hemos descubierto que Marlon Brado no está muerto, es una mofeta… Bienvenidos a Zootrópolis: Hakuna Matata. 


Valoración: 7.5 / 10 

ZOOTRÓPOLIS, “ZOOTOPIA” (2016) 
Director: Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush 
Género: Animación. 
Duración: 108 min.

 

CRÍTICA R.O.T.O.R. (1989)

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EL DÍA EN EL QUE SE ACABARON LAS LETRAS PARA CALIFICAR EL CINE DE SERIE… 
Por Lucía Pérez García 


Si no existiera el cine cutre, cuantos buenos ratos nos perderíamos. Tan contradictoria es esta afirmación como decir que R.O.T.O.R es cine. La propia película se ríe de sí misma: “Esto no es una película barata de ciencia ficción”, le dijo el Doctor Houghtaling al robot Willard. Los que nos atrevemos a verla nos reímos de ella. Los que se enteran de que la hemos visto se ríen de nosotros, porque ellos la han visto antes. Y los que aún están por verla serán la diana de las risas de los anteriores. Y así sucesivamente. Quien ríe el último ríe mejor. R.O.T.O.R. rio primero. 

“El día comenzó como cualquier otro día. La fresca brisa otoñal soplaba en el rancho. El ganado venía a por su comida matinal. Era una mañana preciosa. El sol lanzaba un brillo dorado que se filtraba a través de las ventanas del rancho. Si hubiera sabido los que iba a suceder, no me habría levantado”. Palabra de policía grandullón con gafas de sol, que no se quita ni con las luces apagadas en medio de una reunión de científicos expertos. Un guión como Dios manda. Escrito una noche de apagón y eclipse lunar, con las gafas de sol puestas. 


Si así empezó el día, no es muy complicado adivinar como continuó. Director y guionista no se pusieron de acuerdo si querían hacer una película de acción, de terror, de suspense, de ciencia ficción o una comedia. La acción les salió a cámara lenta y con coreografías dignas de un ballet ruso. Solo faltaban los tutús. El terror… a veces las pesadillas toman formas ridículas. Pensaron que meter una trama en plan El Diablo Sobre Ruedas no estaría mal. Total, ese tal Spielberg no se iba a enterar, y así añadían un poco de suspense. No se dieron percataron de que ninguno de ellos se llamaba Steven. La ciencia ficción venía de serie. Un robot por aquí, otro robot por allá, y unas cuantas frases con pretensiones filosóficas e intelectuales. ¡Yo me sé una cita del cuento del monstruo verde con tornillos en la cabeza! ¿La ponemos? Dijo el director. 


Tanto gasto de materia gris precisaba una buena dosis de glucosa. Los dos amigos, orgullosos del trabajo que estaban haciendo, se fueron a merendar. Un Bony y un Tigretón, por favor. A la vuelta, decidirían el título. Tras el nutritivo descanso, llegó el momento culminante. Le pondremos: R.O.T.O.R. El director aplaudió efusivo, orgulloso de su olfato para elegir guionistas. Al final del día, R.O.T.O.R, más que una película, terminó convertido en una palabra diga del mejor Chiquito de la Calzada. Al fin y al cabo, con los dos nos podemos reír un rato. 

Aún quedaban arduas tareas. La elección del reparto era fundamental. Para el protagonista pensaron en una mezcla entre David Hasselhoff y Michael Landon, con un toque de hombre Malboro. Para su ayudante, la "chica atractiva" que especifica la sinopsis, una culturista de pelo estropajoso con residencia en Huston. Qué chiste más bueno. Dijo el simpático guionista meándose de risa. Cuando Coldyron le llame para pedir ayuda podríamos meter la frasecita. El director echaba chiribitas por los ojos. Los científicos llevarán gafas de pasta. El chico del bar debe tener granitos. Y le podemos poner unas paletas de conejo postizas. Gran idea. Cada minuto que pasa me sorprendes más gratamente. Y R.O.T.O.R… ¿has visto Robocob? Listo. ¡Espera! ¿Qué hacemos con la música? Llama a ese tipo de segundo apellido Newman. Que todos crean que es de la familia de Alfred. ¡A sus órdenes! Vaya pedazo de casting nos hemos montado chico. Te mereces una palmadita en la espalda. El guionista sonrió satisfecho, como un bobo. 


Pasó la fase de producción. Acabó la ardua fase de post producción. Y llego, al fin, el día… de la salida de la película en VHS. Cullen Blaine no volvió a dirigir en su vida. Quedó para la posteridad como encargado de story boards en multitud de series animadas de tv (Los picapiedra, Isidoro, Timón y Pumba, Denver el último dinosaurio…). Porque eso sí, después de marcarse ese pedazo de cartel a lo Mad Max alguien pensó que este chico valía un potosí como dibujante. El coguionista junto a Cullen, Budd Lewis, siguió el mismo camino. Los actores, por su puesto, quedaron excluidos del gremio. Nunca más se supo de ellos. Y nosotros nos quedamos sin secuela… porque sí, señores, el final olía a secuela. ¿Podría la historia del cine soportar un R.O.T.O.R II? 

En fin, como bien dijo el Doctor Barret Coldyron: “Tenemos tiempo suficiente para averiguar lo que esto ha significado para cada uno de nosotros”. 

PD: Cosas peores he visto. Al menos con ésta, te ríes un rato. 


Valoración: 1 / 10 

R.O.T.O.R (1989) 
Director: Cullen Blaine 
Reparto: Richard Gesswein, Baker, Gigi Green, Margaret Trigg, Jayne Smith, James Cole. Género: Ciencia Ficción, acción, comedia?¿?¿? 
Duración: 83 min.




 
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