Por Lucía Pérez García
El estudio Ghibli siempre llega puntual a su cita con los Oscar. Aunque nunca ha conseguido llevarse una estatuilla a casa, sus personajes siguen cruzando el Pacífico cada año para ocupar su sitio de honor. La ausencia de Miyazaki no intimida a estos incansables japoneses, que año tras año nos sorprenden con una historia diferente. El año pasado fue El cuento de la princesa Kaguya, una leyenda contada con la estética un tanto naif, característica del director Isao Takahata (Mis vecinos los Yamada). Este año le toca al director de Arrietty y el mundo de los diminutos, una de mis favoritas del universo Ghibli, que tiene en El recuerdo de Marnie una más que digna sucesora.
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Cuando los japoneses me copian la cara y las aficiones...en serio. Un orgullo estar representada en la gala de los Oscar, aunque sea en mi version anime. |
El mundo de Yonebayashi no contempla las criaturas imposibles y las metamorfosis que alimentaban la fantasía de Miyazaki. El suyo es un mundo realista, donde la magia llega a través de la mente de sus personajes: chicas adolescentes con talentos y carácter especiales; y donde la familia y los amigos juegan el papel central. La historia de Marnie sigue estos preceptos, fundiéndolos con la maestría del que fuera animador de películas como La princesa Mononoke, Ponyo en el acantilado o El viento se levanta.
El recuerdo de Marnie esconde, en sus 103 minutos de duración, toda clase de motivos para disfrutarla. Momentos reconocibles del transcurso de la vida, alegrías y tristezas, imaginación, misterio, suspense y un giro final casi inesperado que acumula toda la emoción. Pequeños, medianos, mayores y más mayores. Todos tienen representación, y todos disfrutarán por igual.
EL RECUERDO DE MARNIE, “OMOIDE NO MÂNΔ (2014)
Director: Hiromasa Yonebayashi
Género: animación, anime, fantasía
Duración: 103 min.