Reparto: Eddie Redmayne, Alicia Vikander, Amber Heard, Ben Whishaw, Matthias Schoenaerts, Victoria Emslie, Adrian Schiller, Richard Dixon, Paul Kerry, Helen Evans, Michael Gade Thomsen, Alicia Woodhouse.
Género: Biográfico, drama, transexualidad.
Duración: 120 min.
Valoración: 7.5 / 10
Por Lucía Pérez García
Tom Hooper es un director que todo lo que toca se convierte en premio. Ya sea para cine o para televisión. Ya sea Oscar, BAFTA o Emmy. Trabajar con él es éxito asegurado. Imagino una larga cola de actores pegándose puñetazos para trabajar con él. A Paco Delgado pegado al teléfono, esperando la próxima llamada del londinense. A Alexandre Desplat, en los pocos segundos que le quedan libres de su ajetreada vida, acumulando borradores y melodías. Y al propio Hooper, tranquilamente en su casa, con un aura brillante alrededor.
Si algo destaca sobre lo ya destacado de las películas de Hooper, es su aspecto. Tan bonitas y agradables de ver que uno sale con los ojos renovados. Si a eso le añadimos el mundo de la pintura, como es el caso de ‘La chica danesa”, las pupilas empiezan a despedir chiribitas. El diseño de producción, el vestuario, el maquillaje…y las pinturas. El lienzo perfecto para que los actores se apropien de sus personajes como la propia Lili lo hizo en el cuerpo de Einar Wegener.
De Eddie Redmayne no hay nada que no se haya dicho. Alicia Vikander está al mismo altísimo nivel de secundarias como Marion Cotillard en ‘Macbeth’ y Kate Winslet en ‘Steve Jobs’. Lucha a muerte asegurada en los Oscar. Y atención a Matthias Schoenaerts, uno de los mejores actores del momento y que todavía no ha sido valorado como se merece. Y a Ben Whishaw, que así como quien no quiere la cosa anda metiendo cabeza en multitud de proyectos importantes (‘Spectre’, ‘En el corazón del mar’, ‘Sufragistas’, ‘Langosta’ y ahora ‘La chica danesa’).
Una pena que, tras todo esto, se haya perdido parte de la profundidad del proceso interior de Einar. Unos minutos más en la primera parte. Una música menos Desplat-pluriempleado (suena demasiado a ‘The imitation game’) y más Desplat-brillante. Un algo que difumine ese salto que el guión no sabido reflejar tan complejamente como debería. Y sin embargo, se puede sentir el dolor.
Después de ver una película sobre pintura siempre es interesante aprender un poco sobre los autores. Más que Einnar, me ha llamado la atención la obra de Gerda. Entre un expresionismo cercano a Otto Dix y Modigliani, el cubismo y las influencias orientales. Viendo sus cuadros se puede entender perfectamente la situación por la que estaba pasando. Sus miedos, sus obsesiones, sus traumas, la nueva vida que se vio obligada a aceptar. Todo ello mezclado con un éxito que llegó en el momento menos esperado, y gracias al hecho menos agraciado que pudiera imaginarse en su vida.
Sus pinturas son monotemáticas. Lili y lo femenino lo ocupan todo. No hay lugar para el hombre. La desaparición del hombre de su vida borró cualquier rastro del género masculino. Retratos de Lili, autorretratos, otras mujeres e incluso mujeres con mujeres en uan serie de ilustraciones eróticas. Su vida debió de ser tan confusa como la de Einnar-Lili.
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